Seguías tu charla con Esmeralda, mientras tanto el rey se mantenía ocupado, ahora que habías regresado debía planear todo cuidadosamente, tu sola no podías enfrentar a Norak, necesitabas un ejercito de tu parte y Elrond se estaba encargando de todo.
Tu llegada dio esperanza para muchos, pero para alguien en especial fue una herida más, al verte llegar junto a la persona que amabas...
Capitulo 32
Al amanecer te diste un buen baño, tu madre había guardado tu ropa así que al llegar te dio lo que te pertenecía, en el mundo mágico como le habías dicho a Bill, se mantenían algunas tradiciones, aunque estabas acostumbrada ya a la ropa del mundo de los humanos accediste a ponerte los atuendos que tu madre te dio.
Eran vestidos tipo medieval similares a los que ella solía usar, aunque hacía tiempo que todo estaba cambiando, el rey Elrond no se oponía ante esto, los habitantes del reino sabían preservar las costumbres y tradiciones, algunos habían cambiado su vestimenta, aunque en ocasiones volvían a los atuendos "comunes". Pero cuando Norak se volvió monarca obligaba a todos a hacer su voluntad, así todo era a su mandato.
A ti te agradaban algunos, aunque llevabas algunos vestidos que habías comprado en el otro mundo, te pusiste un vestido color verde que tu madre te había hecho
Tenía una linda caída además de que era muy cómodo, ella comprendía que habías cambiado y que eso era normal para una joven de tu edad, a los chicos no se les pidió que cambiaran sus atuendos aunque si le advirtieron a Bill que para la ceremonia de la boda debía usar algo diferente a lo que estaba acostumbrado, él no protestó aunque no sabía que era.
Esa tarde caminabas por el bosque, te sentaste a descansar un poco, escuchaste un ruido y miraste para todos lados, viste a un par de duendecillos acercarse a ti, detrás de ellos llegó una criatura diferente, una niña con un vestido blanco, una flor en el cabello y unas alas en su espalda se acercó a ti.
Xxx: hola (Name)
Tu: hola... ¿quien eres tu?
Xxx: soy Merinda
Tu: mucho gusto
Merinda: quiero mostrarte algo, ven...
Dijo y te tomó de la mano comenzando a guiarte por el bosque, mientras tanto Bill te buscaba en la casa, Esmeralda le dijo que habías ido a caminar un poco pero que ya llevabas algún tiempo afuera. Él salió a buscarte pero no sabía donde encontrarte, no conocía esos alrededores, se encontró con Freedah.
Freedah: ¿buscas a (name)?
Bill: si, ¿sabes donde está?
Freedah: si lo sé, sígueme
Ella comenzó a caminar sin dejar de tocar esa hermosa melodía de su flauta, caminaron por algunos minutos, llegaron hasta una parte del bosque donde te encontrabas parada, de frente a un par de tumbas.
Tu: Merinda ¿que hacemos aquí?
Merinda: aquí están los restos de tu padre y también de Sam
La miraste y tus ojos se llenaron de lagrimas, poco a poco fueron cayendo una tras otra hasta mojar tu rostro, la hierba verde había cubierto los montículos de tierra, te inclinaste y tocaste tus labios con la punta de tus dedos para después ponerlos sobre la hierba, pronto comenzaron a nacer pequeñas flores blancas, las cuales cubrieron las tumbas.
Tu: ¿como es que...?
Merinda: fue un poco difícil, pero Freedah me ayudó a sacarlos de las garras de Norak, los trajimos aquí donde no pudieran entrar los hombres de Norak
Tu: gracias, muchas gracias
Te inclinaste un poco en medio de las dos tumbas.
Tu: su espíritu siempre será libre, el amor que se les dio en vida permanecerá aún en la muerte, bajo esos recuerdos que se forjaron al pasar el tiempo
El viento se volvió suave, comenzando a jugar con tu cabello. Bill te miraba, se acercó lento a ti y te tomó de los hombros, tu lo miraste y te levantaste del suelo.
Él no dijo nada, solo se quedó observando el lugar de descanso de tus seres amados, te abrazó y comenzó a acariciar tu cabello.
Bill: por lo menos ahora, podrán descansar den paz
Te dijo al oído con voz suave, secaste tus lagrimas y dedicaste una sonrisa a tu padre y a Sam, Bill no dejaba de mirar esa tumba, como esperando poder ver al hombre con quien había compartido tus alegrías y ahora también era parte de tus penas, miraba aquella tumba con un poco de recelo, pero ese sentimiento desapareció pronto, entendía que no debía sentir eso ya que él confiaba en lo que tu corazón sentía.
Antes de irse dijiste un pequeño hechizo para proteger ese lugar, para que no fuera molestado y profanado. Caminaron de regreso a casa, el silencio estaba presente, es como si algo les estorbara para hablar, al fin se rompió ese silencio...
Bill: tu madre ha sido muy amable, al parecer le hemos caído bien (sonrió)
Tu: y tu... tan preocupado que estabas (sonreíste para él)
Bill: si lo sé, supongo que debí tener un poco de confianza
Tu: creo que sí
Bill: por cierto... te ves muy linda con ese vestido
Tu: gracias... hace mucho que no uso uno de estos, aunque a veces me ponía pantalón, bueno... solo cuando tenía ganas de montar o cosas así
Bill: tu madre me dijo que no puedo vestir así para la boda... que debo usar otra cosa
Tu: si, sabía que te diría eso... pero no te preocupes seguro te verás muy bien
Al llegar a la casa el rey los esperaba afuera, pero no estaba solo, su hijo se encontraba a su derecha, Alex, al ver a Bill puso una cara seria, ustedes se acercaron un poco, Bill sentía la pesada mirada de Alex.
Elrond: (name) sé que llevas muy poco tiempo aquí, pero necesito que veas a alguien
Tu: ¿a quien?
Elrond: tienes que acompañarme a las montañas
Tu: pero... no creo que pueda... no me siento lista para ir... aún no
Elrond: descuida... sé que tienes miedo, pero todo saldrá bien, yo iré contigo y estaré a tu lado
Alex: además yo también iré, te protegeré... lo prometo
mirabas al rey, tus ojos reflejaban temor, Bill no comprendía nada de lo que pasaba pero por alguna razón desconfiaba de Rumsfeld, no del rey, sino de su hijo... antes lo había confrontado, cuando creyó que aceptarías su propuesta de matrimonio, pero ahora estaban en su mundo, era una gran desventaja para Bill, aún así él no le tenía miedo.
Alex miraba a Bill con recelo, sus ojos inyectaban odio y rabia con solo mirarlo a tu lado. Él hechicero era fuerte, aunque tu poseías más poder, Alex podía encargarse de Bill cuando él lo quisiera, bastaba tan solo con que te descuidaras para hacer su voluntad.
El rey te llevó a un lugar aparte, platicó contigo largos minutos, Alex y Bill se habían quedado solos, uno frente al otro, sus miradas se cruzaban tensando el ambiente.
Alex: aún no comprendo como es que ella se quedó contigo... te pareces al hechicero Sam... pero no tienes su poder... no se porque quiere estar con un humano
Bill: lo sabes, y eso es lo que te provoca todo ese enojo dentro de ti, el cual apenas y puedes ocultar
Alex: pues no importa lo que digas... eres un simple humano... insignificante ante nosotros
Bill: pues parece que a tu padre le agrado, es satisfactorio que el rey me haya aceptado tan pronto
Esas palabras enfurecieron a Alex, dio dos pasos hacia Bill y en su mano comenzó a reunirse una cantidad de energía la cual formaba una esfera....
Tu llegada dio esperanza para muchos, pero para alguien en especial fue una herida más, al verte llegar junto a la persona que amabas...
Capitulo 32
Al amanecer te diste un buen baño, tu madre había guardado tu ropa así que al llegar te dio lo que te pertenecía, en el mundo mágico como le habías dicho a Bill, se mantenían algunas tradiciones, aunque estabas acostumbrada ya a la ropa del mundo de los humanos accediste a ponerte los atuendos que tu madre te dio.
Eran vestidos tipo medieval similares a los que ella solía usar, aunque hacía tiempo que todo estaba cambiando, el rey Elrond no se oponía ante esto, los habitantes del reino sabían preservar las costumbres y tradiciones, algunos habían cambiado su vestimenta, aunque en ocasiones volvían a los atuendos "comunes". Pero cuando Norak se volvió monarca obligaba a todos a hacer su voluntad, así todo era a su mandato.
A ti te agradaban algunos, aunque llevabas algunos vestidos que habías comprado en el otro mundo, te pusiste un vestido color verde que tu madre te había hecho
Tenía una linda caída además de que era muy cómodo, ella comprendía que habías cambiado y que eso era normal para una joven de tu edad, a los chicos no se les pidió que cambiaran sus atuendos aunque si le advirtieron a Bill que para la ceremonia de la boda debía usar algo diferente a lo que estaba acostumbrado, él no protestó aunque no sabía que era.
Esa tarde caminabas por el bosque, te sentaste a descansar un poco, escuchaste un ruido y miraste para todos lados, viste a un par de duendecillos acercarse a ti, detrás de ellos llegó una criatura diferente, una niña con un vestido blanco, una flor en el cabello y unas alas en su espalda se acercó a ti.
Xxx: hola (Name)
Tu: hola... ¿quien eres tu?
Xxx: soy Merinda
Tu: mucho gusto
Merinda: quiero mostrarte algo, ven...
Dijo y te tomó de la mano comenzando a guiarte por el bosque, mientras tanto Bill te buscaba en la casa, Esmeralda le dijo que habías ido a caminar un poco pero que ya llevabas algún tiempo afuera. Él salió a buscarte pero no sabía donde encontrarte, no conocía esos alrededores, se encontró con Freedah.
Freedah: ¿buscas a (name)?
Bill: si, ¿sabes donde está?
Freedah: si lo sé, sígueme
Ella comenzó a caminar sin dejar de tocar esa hermosa melodía de su flauta, caminaron por algunos minutos, llegaron hasta una parte del bosque donde te encontrabas parada, de frente a un par de tumbas.
Tu: Merinda ¿que hacemos aquí?
Merinda: aquí están los restos de tu padre y también de Sam
La miraste y tus ojos se llenaron de lagrimas, poco a poco fueron cayendo una tras otra hasta mojar tu rostro, la hierba verde había cubierto los montículos de tierra, te inclinaste y tocaste tus labios con la punta de tus dedos para después ponerlos sobre la hierba, pronto comenzaron a nacer pequeñas flores blancas, las cuales cubrieron las tumbas.
Tu: ¿como es que...?
Merinda: fue un poco difícil, pero Freedah me ayudó a sacarlos de las garras de Norak, los trajimos aquí donde no pudieran entrar los hombres de Norak
Tu: gracias, muchas gracias
Te inclinaste un poco en medio de las dos tumbas.
Tu: su espíritu siempre será libre, el amor que se les dio en vida permanecerá aún en la muerte, bajo esos recuerdos que se forjaron al pasar el tiempo
El viento se volvió suave, comenzando a jugar con tu cabello. Bill te miraba, se acercó lento a ti y te tomó de los hombros, tu lo miraste y te levantaste del suelo.
Él no dijo nada, solo se quedó observando el lugar de descanso de tus seres amados, te abrazó y comenzó a acariciar tu cabello.
Bill: por lo menos ahora, podrán descansar den paz
Te dijo al oído con voz suave, secaste tus lagrimas y dedicaste una sonrisa a tu padre y a Sam, Bill no dejaba de mirar esa tumba, como esperando poder ver al hombre con quien había compartido tus alegrías y ahora también era parte de tus penas, miraba aquella tumba con un poco de recelo, pero ese sentimiento desapareció pronto, entendía que no debía sentir eso ya que él confiaba en lo que tu corazón sentía.
Antes de irse dijiste un pequeño hechizo para proteger ese lugar, para que no fuera molestado y profanado. Caminaron de regreso a casa, el silencio estaba presente, es como si algo les estorbara para hablar, al fin se rompió ese silencio...
Bill: tu madre ha sido muy amable, al parecer le hemos caído bien (sonrió)
Tu: y tu... tan preocupado que estabas (sonreíste para él)
Bill: si lo sé, supongo que debí tener un poco de confianza
Tu: creo que sí
Bill: por cierto... te ves muy linda con ese vestido
Tu: gracias... hace mucho que no uso uno de estos, aunque a veces me ponía pantalón, bueno... solo cuando tenía ganas de montar o cosas así
Bill: tu madre me dijo que no puedo vestir así para la boda... que debo usar otra cosa
Tu: si, sabía que te diría eso... pero no te preocupes seguro te verás muy bien
Al llegar a la casa el rey los esperaba afuera, pero no estaba solo, su hijo se encontraba a su derecha, Alex, al ver a Bill puso una cara seria, ustedes se acercaron un poco, Bill sentía la pesada mirada de Alex.
Elrond: (name) sé que llevas muy poco tiempo aquí, pero necesito que veas a alguien
Tu: ¿a quien?
Elrond: tienes que acompañarme a las montañas
Tu: pero... no creo que pueda... no me siento lista para ir... aún no
Elrond: descuida... sé que tienes miedo, pero todo saldrá bien, yo iré contigo y estaré a tu lado
Alex: además yo también iré, te protegeré... lo prometo
mirabas al rey, tus ojos reflejaban temor, Bill no comprendía nada de lo que pasaba pero por alguna razón desconfiaba de Rumsfeld, no del rey, sino de su hijo... antes lo había confrontado, cuando creyó que aceptarías su propuesta de matrimonio, pero ahora estaban en su mundo, era una gran desventaja para Bill, aún así él no le tenía miedo.
Alex miraba a Bill con recelo, sus ojos inyectaban odio y rabia con solo mirarlo a tu lado. Él hechicero era fuerte, aunque tu poseías más poder, Alex podía encargarse de Bill cuando él lo quisiera, bastaba tan solo con que te descuidaras para hacer su voluntad.
El rey te llevó a un lugar aparte, platicó contigo largos minutos, Alex y Bill se habían quedado solos, uno frente al otro, sus miradas se cruzaban tensando el ambiente.
Alex: aún no comprendo como es que ella se quedó contigo... te pareces al hechicero Sam... pero no tienes su poder... no se porque quiere estar con un humano
Bill: lo sabes, y eso es lo que te provoca todo ese enojo dentro de ti, el cual apenas y puedes ocultar
Alex: pues no importa lo que digas... eres un simple humano... insignificante ante nosotros
Bill: pues parece que a tu padre le agrado, es satisfactorio que el rey me haya aceptado tan pronto
Esas palabras enfurecieron a Alex, dio dos pasos hacia Bill y en su mano comenzó a reunirse una cantidad de energía la cual formaba una esfera....
